Con el pitazo final del árbitro italiano, Nicola Rizzoli, la fiesta de la colonia argentina residente en Quito inició en el coliseo del Centro Activo 1, administrado por el Ministerio del Deporte, donde este grupo de personas se congregó para vivir el encuentro de su Selección ante Bélgica por los cuartos de final de la Copa del Mundo.
Una hora antes del partido, que se realizó en el Estadio Nacional de Brasilia, los argentinos que viven en la Capital de la República empezaron a llegar al complejo deportivo con la convicción de terminar con 24 años sin avanzar a semifinales.
La tensión era latente, porque sabían de la capacidad de Bélgica, pero la misma se redujo a los nueve minutos del primer tiempo, cuando Gonzalo Higuaín pudo derrotar a Thibaut Courtois con un remate con pierna izquierda, adelantando a la Argentina en el marcador.
El resto del encuentro, la colonia argentina lo aprovechó para animar a sus seleccionados con tambores y barras como la conocida “¡vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos a ganar!”. Pero los gritos fueron mayores cuando culminó el partido y el paso a semifinales se convirtió en una realidad con la victoria por 1-0 del equipo albiceleste.
En ese momento, los abrazos, gritos, pitos, serpentinas y demás acciones se centraron en festejar y asegurar que el miércoles regresarán al coliseo del Centro Activo 1 para buscar la final ante el ganador del encuentro entre Costa Rica y Holanda, y con la convicción que Argentina está lista para buscar el título mundial.