Lissette Espinoza y su medalla de oro con sabor diferente

Guayaquil (Guayas).- ¡Lissette… Solo nos queda la C2! Así de ‘lapidaria’ fue Anggie Avegno con Lissette Espinoza previo a la final donde ambas obtuvieron medalla de oro en la modalidad C2 del Campeonato Panamericano de Canotaje, que se disputó en Ibarra.
Y es que para la deportista guayaquileña aquella competición tuvo un sabor distinto. Eran realmente cuatro meses de gestación los que llevaba, pero su esposo Andrés Lazo le comentó que apenas eran tres y, por ende, no había problema.
“Me sugestiono mucho y me pongo nerviosa, por eso él me indicó que tenía poco tiempo. A lo mejor pensaba que me iba a echar para atrás. Sin embargo, ya había competido en ese estado en el Mundial de República Checa, con aprobación de mi ginecólogo y del entrenador Sebastián de Cesare”, explicó Espinoza.
Aquella noticia le llegó a pocos días de participar en el torneo europeo. Ya estaba todo listo: entrenamiento, nivel competitivo, pasajes… todo. No obstante, estaba la duda de subirse al bote sin problemas. El entrenador le había dado el ‘ok’ siempre y cuando no iba a tener consecuencias. De antemano le quitó la presión.
Espinoza tenía sentimientos encontrados, al igual que en Ibarra. “Realmente no quería hacerlo por nervios; pero dentro de mí estaba convencida que podía. Anggie se había enfocado en su prueba individual y para mí, mejor. No le fue como esperaba, entonces me dijo que debíamos ganar la C2 y ahí me ganó la tensión”, detalló.
“Previo a la prueba le hablé a mi hijo, le pedí que me ayudara y le advertí que se sujetara bien porque lo iba a hacer ver estrellas”, bromeó Espinoza. Y continuó: “al terminar, mi esposo me abrazó y me dijo: ‘¡Tienes 4 meses de embarazo!’. Yo me sorprendí. Él se justificó asegurándome que no me quería ver nerviosa”.
Para la anécdota queda la primera impresión que ambos tuvieron sobre la noticia. Salieron de entrenar y como Espinoza se sentía mal le insistió a su cónyuge que la lleve al médico. Éste la revisó y le entregó el resultado en un sobre. Como no hizo comentario alguno, ambos pensaron que no había pasado nada.
“Andrés se molestó, cogió el sobre y se fue al carro. ¡Nunca lo abrió! Yo me quedé en el consultorio un ratito más y me percaté que en la pantalla del doctor estaba mi nombre con un resultado positivo. Fui al auto y mi esposo no me dio tiempo, me dijo que habíamos perdido tiempo. Arrancó y en pleno camino le aseguré que estaba embarazada. Frenó a raya, recién ahí abrió el sobre y me dijo que quería un vaso con agua”, contó riéndose la piragüista.
Vinieron tantas cosas a la cabeza de ambos, todas enfocadas en las próximas competencias. Sin embargo, aquello quedó en segundo plano. Lo más importante era definir el nombre del su vástago. “Si es mujer se llamará Megan Martina; si es varón: Kilian”.
Los proyectos a futuro existen, como propuestas de trabajo también; por lo tanto, ya habrá tiempo para analizarlo. Lo importante es que actualmente coinciden que su bendición será la fuente de inspiración para Tokio 2020.
“Me han hecho ofertas buenas de trabajo. Sin embargo, el deporte me dio algo que no puedo reemplazar, y es ser libre. Estaremos en los Juegos Olímpicos, vamos a llegar, estamos seguros de eso”, aseveró la deportista.
EHP / MINISTERIO DEL DEPORTE