Ecuador se unió a los Juegos Mundiales

Con las manos en alto y la sonrisa en sus caras, caminaron por la pista los deportistas que conforman la delegación ecuatoriana que participará en los Juegos Mundiales Cali 2013, que hoy tuvieron su ceremonia de inauguración.
Tras escuchar el nombre de Ecuador por los altavoces, seis de los trece atletas que nos representarán en estas competencias, ingresaron a la pista atlética del estadio Pascual Guerrero para recibir la ovación de los 40.000 asistentes que colmaron las gradas del escenario.
“Fue una experiencia increíble, esta ceremonia estuvo al nivel de unos Juegos Olímpicos”, expresaba Jaime Bazán, deportistas ecuatoriano de Esquí Naútico, quien, al igual que sus otros compañeros, aprovechó la experiencia para guardarla en su cámara de fotos, y especialmente en su mente.
La noche inició con la formación de todas las delegaciones en los exteriores del estadio, donde los atletas ecuatorianos compartieron con la gente caleña que no pudo ingresar al coloso, pero que querían saludar y apoyarlos antes de su participación.
Ya en la pista, en varios espacios del Pascual Guerrero, banderas ecuatorianas flameaban y eran motivo de saludos y gritos de nuestros atletas que sintieron el respaldo de sus compatriotas que residen en el vecino del norte y que seguramente serán su aliento en las competencias que iniciarán este viernes 26 de julio.
Al final, la delegación ecuatoriana, que también contaba con entrenadores y dirigentes designados por las federaciones ecuatorianas de cada deporte representado, se ubicaron en la tribuna oriental para presenciar un espectáculo lleno de color y matices colombianos, culminados con una lluvia de fuegos artificiales que encendieron el cielo del valle y marcaron el inicio del mayor evento mundial del año, tal como lo expresó Rodrigo Otoya, presidente del Comité Organizador.
Cali inicia así unas competencias que durarán hasta el 4 de agosto, con la participación de más de 4.000 atletas en 31 especialidades, entre los que estará Ecuador luchando por no pasar desapercibido en los Juegos Mundiales.