Cristina Cedeño le hizo un jaque mate a la tragedia

Cuenca (Azuay).- Los Juegos Nacionales Prejuveniles, que se desarrollan en la provincia de Azuay, presentan infinidad de historias. En el ajedrez se encuentra Cristina Anahí Cedeño Suárez, una manabita que con apenas 13 años de edad, fue testigo del terremoto que devastó especialmente a las provincias de Esmeraldas y Manabí.
Cuenta que el sábado 16 de abril, sus padres y dos hermanos realizaban actividades cotidianas en una casa de tres pisos que arrendaban en Pedernales, epicentro de la tragedia.
“Yo fui la última en salir de la casa, estaba practicando ajedrez en mí habitación, al sentir el movimiento corrí, cinco minutos antes la tierra hizo un ruido y creo que ese fue un aviso pero mi mamá no le dio importancia”, indicó.
La ajedrecista recordó que debió atravesar una puerta enrollable y una de vidrio para salir. “Milagrosamente ese día estaba cerrada a la mitad, creo que estuve a pocos segundos de quedar sepultada entre los escombros. A mi casi me atropellan los carros porque salí apresurada a la carretera, pero gracias a Dios seguimos con vida”, comentó.
Ante los comentarios de mucha gente sobre la llegada de un tsunami a las costas manabitas, la familia Cedeño Suárez optó por irse a Santo Domingo de los Tsáchilas, donde permaneció varios días. La mano solidaria llegó, incluso a Cristina le obsequiaron una computadora, un juego de ajedrez magnético que le servía para refugiarse y olvidar lo sucedido el 16A.
Oswaldo Cedeño, papá de la deportista, tomó la decisión de migrar hacia Portoviejo. El entrenador de ajedrez de la Federación Deportiva de Manabí, Carlomagno Oblitas, les ofreció ayuda y comparte su vivienda para que la familia resida en la ciudad.
Oswaldo continúa con sus labores: arregla motores fuera de borda. Ya no está cerca del mar, sin embargo, se contactan con él para dar solución a los desperfectos.
La vida de todos los que experimentaron el dolor del terremoto, cambió en muchos aspectos. Cristina afirma que volvió a nacer y hoy Dios les da otra oportunidad de seguir en este mundo.
“Extraño Pedernales, soy agradecida de esa tierra, ahí crecí, tengo mis amigas, pero ahora tengo la oportunidad de estudiar en Portoviejo, gracias a una beca que me dieron, de entrenar todos los días y representar a Manabí como lo hago ahora en estos Juegos Nacionales. Es una oportunidad que me da la vida y que no voy a desaprovechar”, recalcó.
Como toda infante, la ajedrecista sueña y también desea incursionar en la robótica o biotecnología, sin embargo, el deporte ciencia no está en un segundo plano, ya que su aspiración es ser Gran Maestra Internacional como la húngara Judit Polgár.
Se viene la cuarta ronda del ajedrez prejuvenil en el CEAR de Cuenca y el entrenador de Manabí, Marcos Menéndez, llama a sus dirigidos a subir a la sala de la competencia. Cristina se despide, agradece por la nota y asegura que sus compañeros están para dar dura batalla en el certamen donde participan 12 provincias.
Lo malo quedó atrás, con mucha convicción Cristina Cedeño dijo que literalmente le hizo un jaque mate a la tragedia. JP/Ministerio del Deporte