Christopher Whalley y Bryan Drew compartieron su experiencia con la violencia

Expertos británicos en seguridad en los estadios compartieron con las instituciones nacionales y demás actores vinculados, su experiencia en este ámbito, con el fin de brindar la información necesaria a las autoridades para desarrollar a un plan de acción efectivo en el campeonato nacional.
Christopher Whalley, Jefe de Seguridad en los Estadios de la Federación Inglesa de Fútbol, inició su presentación recordando los hechos violentos que ocurrieron en su país durante los años 70 y 80.
Para Whalley, la seguridad es prevención de violencia, que incluye tratar con crímenes, utilizar vallas, policías, cachear espectadores; pero también es integridad de las personas, es decir, garantizar la seguridad estructural del edificio, planes de contingencia, ejercicios de evacuación, entre otros.
En Inglaterra, el trabajo en conjunto del Gobierno, la Policía y autoridades del fútbol dio resultados. Cada club tiene la responsabilidad de mantener su estadio seguro y la policía debe mantener el control durante los partidos. Además, se implementó un circuito cerrado de TV en todos los escenarios y con la ley implantada, cualquier persona que cometa una infracción recibe una orden de exclusión de los estadios, la cual dura mínimo seis años y máximo diez.
“Ayer observé en el estadio de Independiente que los hinchas de Emelec colocaron banderas en las gradas, eso, por ejemplo, en mi país no se puede hacer sin permiso del club”, comparó; sin embargo, encontró una similitud entre los dos países: el alcohol. “Ahora es simple, si alguien bebe, se lo detiene”, afirmó.
Los ingleses categorizan cada partido, si es de riesgo bajo, medio o elevado y cuentan con policías especializados que reconocen a los hinchas con orden de exclusión. Su sistema incluye un encargado de seguridad en cada club, quien verifica que el estadio cumpla con las normas de seguridad. Este a su vez debe contratar y formar “stewards”, personas cuyas funciones son: ayudar a entrar y salir al público del estadio, ejecutar controles de seguridad antes del ingreso de la gente, cachear a los espectadores en las entradas, informar la existencia de paquetes sospechosos, impedir posibles invasiones en el campo de juego, mantener libres los pasillos y las salidas en caso de emergencia y ayudar con primeros auxilios.
Whalley citó como ejemplo el estadio de Wembley, el cual tiene capacidad para 90.000 personas. En este caso, intervienen 1.650 “stewards” y 300 policías, de los cuales 150 van dentro del escenario. “Con estas medidas se atrajo a más mujeres y niños a los estadios. Se ha visto un cambio de actitud en los hinchas ingleses. Tenemos estadios modernos y seguros, sin alambrados ni rejas”, concluyó.
La conferencia continuó con Bryan Drew, Director de la Unidad de Policía del Fútbol de Reino Unido, quien explicó el rol del Gobierno y de la policía en el fútbol inglés.
Drew recalcó que la violencia y el desorden en el fútbol son un fenómeno mundial y ninguna entidad puede enfrentarse sola a estos problemas. “Tiene que haber un claro marco legal que asigne responsabilidades. Debemos trabajar juntos, esa es la clave. El papel del Ministerio del Interior es muy importante, debe revisar y refinar la estrategia, proveer el marco legal y hacer que la policía tenga herramientas. Las leyes duras funcionan, crean una transformación de conducta”, indicó.
El rol de la policía en el fútbol radica en colaborar con los clubes para el despliegue de efectivos en los estadios. El Comandante de Policía debe mantener la ley y el orden, reunirse con el entrenador y jugadores del club antes del inicio de cada temporada, reunirse con el árbitro del encuentro 75 minutos antes e informarle sobre los riesgos identificados y ayudar a los clubes a preparar a sus vigilantes. “La policía de inteligencia son los ojos y oídos de la maniobra de vigilancia de un encuentro de fútbol”, aseguró.
Estas reformas implementadas en Inglaterra son las que se busca ejecutar en Ecuador, pues los han colocado como uno de los países con los estadios más seguros del mundo, donde el 71% de partidos terminan sin incidentes