Ecuador sembró para el futuro del Baile Deportivo

Dos jóvenes deportistas de apenas 16 años, Camila Arboleda y Christopher Mejía, se midieron ante los mejores del mundo en los Juegos Mundiales, dentro de su deporte, el Baile Deportivo, sembrando para su formación y el futuro de esta especialidad en nuestro país.
«La competencia estuvo súper fuerte pero dimos todo de nosotros para enfrentarnos a estos excelentes bailarines», mencionaba Camila tras dejar la pista implementada en la plaza de toros del Cañaveralejo, donde terminaron ubicándose en el puesto 19, la mejor posición entre los países latinoamericanos y a un puesto de entrar a la final.
La dupla ecuatoriana, que practica hace dos años junta, sabe que este es el máximo nivel mundial, por lo que su actuación en Cali lo toman como un paso más en esta especialidad formada en Europa y novel en tierras sudamericanas.
Yo esperaba estar mucho más nervioso y tensionado, pero al ingresar a la pista me solté y no tuvimos inconvenientes», resaltó Christopher, quien además mencionó la falta de un entrenador fijo complica su entrenamiento, porque ir a Europa, sede de los mejores clubes de Baile Deportivo, es muy caro, pero ellos han hecho el esfuerzo y han podido viajar por cortos espacios de tiempo para mejorar.
Lastimosamente la pareja ecuatoriana no pudo avanzar a la segunda ronda de la modalidad Standard, pero para ellos fue un orgullo estar en la pista demostrando que nuestro país ya es parte del circuito mundial. Eso lo ratificó Camila, «es muy gratificante poder representar al país frente a los deportistas de Europa y demostrarles que ya se practica el Baile Deportivo en el Ecuador».
Las dos parejas ecuatorianas de Baile Deportivo marcaron un hito para la especialidad en los Juegos Mundiales, ubicando al país entre los mejores un esfuerzo respaldado por el Ministerio del Deporte. «Es gracias al Ministerio y a nuestra Federación que estamos aquí, nos sentimos apoyados, gracias por ello», concluyó Christopher, antes de ir a observar las finales y aprender de los mejores, entre los que el y su pareja ya tienen un lugar.