Pichincha se coronó en Azuay

Culminaron los IV Juegos Nacionales Absolutos en Cuenca, deportistas de 18 especialidades mostraron su mejor rendimiento en las competencias que se realizaron del 15 al 26 de mayo en escenarios de Azuay.
El atractivo en cada uno de ellos fue la presencia de los referentes de cada deporte, aquellos que fueron parte de los Juegos Olímpicos o venían de obtener títulos internacionales. Seledina Nieves, Alfredo Campo, Samantha Arévalo, Alex Quiñónez, Jacqueline Factos, entre otros, llamaron la atención de los aficionados que se acercaron a las sedes de estos Juegos.
La fiesta se encendió en el Coliseo Jefferson Pérez, con una ceremonia con dos puntos relevantes, la coreografía de la mascota oficial “El Gara” y Shelmi, interprete de la canción oficial de los Absolutos. El segundo fue la utilización de la tecnología para que Paola Pérez encienda el pebetero sin fuego sino con una antorcha electrónica, acto novedoso que trajo los aplausos de los deportistas de las 24 provincias presentes.
En los campos de competencia las anécdotas son varias, entre ellas está la actuación de la nadadora de Morona Santiago, Samantha Arévalo, que en doce pruebas obtuvo once medallas de oro y una de plata, siendo la mayor medallista de los Juegos. Se suman las ocho medallas del patinador carchense Jorge “Jota”Bolaños, a quien solo se le escapó una medalla en ruta, aprovechada por Pablo Matute, que rompió dos años de invicto del subcampeón mundial.
Destaca también los dos nuevos récords nacionales obtenidos en Cuenca, el uno fue de Juan Caicedo en lanzamiento de bala, cuyo nuevo récord es de 16 metros y 16 centímetros de distancia. El segundo fue alcanzado por Esteban Enderica en los 100 metros pecho, con un tiempo de 1m5s67c rompió así el récord que ostentaba Rubén Andrade desde 1989.
Dentro de estos Absolutos también hubo anécdotas que recordar, la primera medalla de una representante de Galápagos en estos Juegos, Germania Ortiz en los 500 metros de la modalidad velocidad pura, haciendo historia para las Islas y cumpliendo con su hermana, que por un accidente tuvo que dejar el deporte.
En el análisis final, Pichincha es el gran triunfador, obteniendo el primer lugar por cuarto año consecutivo en los Absolutos, con 229 medallas, 87 de oro, 80 de plata y 62 de bronce, se ubicó en el primer lugar del medallero, manteniendo así la hegemonía en el país, siendo un ejemplo en planificación, trabajo y resultados, un punto aparte en estos Juegos Nacionales.
Los Juegos se cerraron con la entrega del legado deportivo de Azuay a Morona Santiago, sede de los Juegos Nacionales Prejuveniles en julio, los azuayos Esteban Enderica y Elizabeth Bravo entregaron la bandera del Ministerio del Deporte a la representante de Morona, Samantha Arévalo, una muestra de la hermandad de los atletas, que dentro de los escenarios son rivales, pero fuera de ellos se transforman en colegas de una profesión que exige sacrificios y mucha entrega, pero con frutos igual de satisfactorios.
El Ministerio del Deporte, que invirtió 1.3 millones de dólares para la realización de estos Juegos, felicita a los ganadores, aplaude el esfuerzo de los competidores y se compromete a continuar con el apoyo a todos estos deportistas que son un ejemplo para el país. Ahora se apaga la llama en Cuenca pero la misma está cumpliendo su trayecto hasta Macas donde se volverá a encender para los Juegos Deportivos Nacionales Prejuveniles, donde veremos a la nueva sangre del país, presente y futuro de un Sistema Nacional Deportivo que trabaja por ellos.